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Boericke: Hahnemann dice: “La acción de esta sustancia es un rompecabezas y difícil de investigar, aún en los organismos sanos, porque su acción primaria, más frecuentemente que cualquier otro medicamento, alterna y se mezcla con la reacción vital (efectos posteriores) del organismo. Por esto es frecuentemente difícil determinar qué pertenece a la reacción vital del cuerpo y cuál es el efecto alternante debido a la acción primaria del alcanfor”. Frialdad helada de todo el cuerpo; pérdida súbita de la fuerza; pulso pequeño y débil. Para primera etapa de un resfriado, con sensación de frío y estornudos. Distensión de las venas. Como estimulante cardíaco de urgencia, el uso de alcanfor es el más satisfactorio. Unas gotas en azúcar, a intervalos de unos cinco minutos. Es característico de Camphora officinalis que el paciente no se cubre, a pesar de la frialdad helada del cuerpo. Mejora el dolor cuando piensa en él.

Cabeza (nariz fría y oprimida. Punzadas fugaces en órbitas y región temporal. Latidos occipitales, sincrónicos con el pulso), Nariz (epistaxis persistente, especialmente con carne de gallina en la piel), Cara (ansiosa, azulada), Estómago (frialdad), Heces (cólera asiático, colapso), Orina (ardor y estranguria (micción lenta, dolorosa debido al espasmo de la uretra o vejiga)), Masculino (priapismo (erección anormal permanente y dolorosa del pene, sin deseo sexual)), Respiratorio (aliento frío), Sueño (insomnio), Extremidades (frialdad), Fiebre (frialdad helada de todo el cuerpo. Escalofrío congestivo), Piel (fría), Modalidades (Peor por el movimiento, de noche, el contacto, el aire frío. Mejor por calor), Dosis (TM, en gotas, repetido frecuentemente, u oler vapores de alcanfor. Las potencias son igualmente efectivas).

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Kent: La botella de alcanfor es dañina en nuestra casa pues el alcanfor es antídoto para la mayoría de nuestros remedios. Camphora officinalis (ver foto) es adecuado en algunos malestares agudos acompañados de excitación nerviosa, hasta de delirio, con espasmos y convulsiones y, finalmente, el agotamiento. El estado de Camphora es de convulsiones y frío. Dos extremos pueden aparecer en un paciente; puede pasar del extremo de la excitación mental y violencia al de postración y agotamiento, en el cual el cuerpo se pone morado y frío y sin embargo exige ser destapado. En el estado mental hay ansiedad y extremado temor; temor de las personas, de ambientes extraños, de la oscuridad. La oscuridad está llena de espectros imaginarios; el paciente no osa salir de la casa en la oscuridad; todo lo que se mueve es un espectro y las cosas inanimadas de la habitación adquieren vida y lo aterrorizan. Delirio. Agregado a esto hay dificultades urinarias y en los riñones como los de Cantharis, y debido a su similitud, los dos remedios son al mismo tiempo complementarios y antídoto el uno del otro. Si una mujer se ha envenenado con Cantharis y se hacen presentes el delirio y la excitación, el Camphora officinalis actuará como antídoto. El paciente delira con el calor, rabia y locura, quiere saltar de la cama o por la ventana. Grita y pide ayuda. Se da la vuelta ansiosamente en la cama. Ansiedad y casi pérdida de la conciencia. Cuanto más violentamente sufre el paciente, más pronto siente frío y entonces debe destaparse, aún estando en una habitación fría; esto es similar a Secale. Cuando el paciente Camphora officinalis siente el frío, tiene olas de calor que lo acometen; fogonazos de calor que se ciernen sobre él; fogonazos de calor se entremezclan con dolores agotadores, desgarrantes, de ardor, ya sea en el órgano inflamado o a lo largo de los nervios. Es útil en el período climatérico con olas de calor y transpiración en una habitación calurosa; los miembros y el abdomen están muy fríos y la paciente sufre frío cuando está destapada y transpira abundantemente cuando está tapada. No puede soportar que la tapen para calentar las extremidades, aunque sufre frío. La cabeza está llena de dolores; dolores con latidos. Sensación de contracción como si estuviese atada en el cerebelo. Toda la nuca y el cuello laten como martillazos; empeoran al inclinar la cabeza hacia adelante; ardores y dolores punzantes. Dolores de cabeza frontales. Hemos oído hablar sobre el Camphora en el cólera, una enfermedad que derriba rápidamente al paciente. La cara está fría, morada y marchitada, sin mucha transpiración, en los casos que nos harían pensar en Camphora. Convulsiones con espuma en la boca. Hay deseo de beber sin tener sed. También casos de sed insaciable; cantidades increíbles de agua fría no llegan a satisfacerla. Nunca le resulta bastante fría, nunca toma lo suficiente, pero no tarda en vomitarla. La irritación gástrica es marcada. Todo lo vomita. Todo lo que sale del cuerpo está frío. El aire que sale de su pecho resulta similar al que sale de un sótano, como Carbo vegetabilis y Veratrum. En gastritis, el dolor en el estómago es tan violento que la angustia que se refleja en la cara es igual a la de Arsenicum; se siente en el estómago una angustia mortal y el paciente cree que debe morir. Ardores y dolores agotadores en el estómago, con arcadas y vómitos. Camphora, Cuprum metallicum y Veratrum album se mantienen juntos para el cólera asiático. Al Camphora es postración, amoratamiento, frío, y sin embargo desea ser destapado y el cuerpo está seco y frío. Los otros dos remedios tienen todo lo que hay en el cólera, pero en Cuprum metallicum no hay tanto frío, más calambres, más tendencia a la convulsión y no tanta postración. Cuanto más calambres hay, más Cuprum metallicum es. Cuando más copiosa es la secreción de los intestinos y más profusos los vómitos y la transpiración, más debemos pensar en Veratrum album. Frío y seco, Camphora. Frio y secreción copiosa, Veratrum album. Hay bastante sobre los órganos urinarios y sexuales. Micción con ardor. Micción frecuente. Deseos frecuentes, con dificultades. El mismo estado surge en la vejiga y en el recto, y existe retención con horribles torturas. La orina es roja, sanguinolenta, y sale por gotas, como en Cantharis. El Camphora provoca una coriza, con abundante secreción de la nariz y de las vías respiratorias desde la nariz hasta los bronquios. Bronquitis de niños y viejos. Gente vieja, debilitada, se resfría con cualquier exposición al aire libre y se convierte en friolenta. Antimonium crudum, Ammonium carbonicum y Camphora son maravillosos remedios para octogenarios. El estado constitucional general de un paciente Camphora es de frío y de extremada sensibilidad al frío. En agudas afecciones inflamatorias siente frío y desea quitarse las cobijas. En malestares agudos hay violenta sed; en los malestares crónicos no hay sed. Es lo mismo en Arsenicum album, sed en el agudo pero ausencia de ella en el crónico. En Camphora, una cosa importante que debe recordarse en el agudo es que durante el calor y cuando se mantienen los dolores necesita ser tapado. El frío se alivia con frío; necesita más frío.

Nash: Gran frialdad de la superficie externa del cuerpo, con brusca y completa postración de las fuerzas vitales; colapso (estado de postración extrema y de depresión repentina). El paciente se opone a que lo tapen, a pesar de la frialdad objetiva; se quita todo lo que lo cubre. Los dolores desaparecen cuando piensa en ellos. Extremadamente sensible al aire frío. Hahnemann encabeza con Camphora officinalis su trío de los remedios del cólera: Camphora officinalis, Cuprum y Veratrum album. Veratrum album presenta muy profusas evacuaciones del estómago e intestino. Cuprum se pone a la cabeza del trío cuando el síntoma más prominente son los calambres en el estómago y en las extremidades. Estos remedios se hallan indicados siempre que aparezcan esos síntomas característicos, no solo en el cólera sino en cualquier otra enfermedad. Cualquiera sea la causa del colapso, excepto la muerte, Camphora es el primer remedio en que deberemos pensar y de acuerdo con la sensibilidad y las fuerzas del paciente, la forma de administración deberá variarse desde la tintura madre hasta las más altas potencias.