Medicina Homeopática: ¿Un nuevo Paradigma Médico?

“La verdad sólo opera en una sociedad en proporción directa a la madurez, civilización, entendimiento y grado de evolución de su gente. Tal sociedad, en la cual, todas las cosas asuman su verdadero valor y en la que el hombre viva una correcta relación con el mundo y consigo mismo, optará de manera natural por la homeopatía. Pero, ¿Cómo podemos esperar que una sociedad madure de la noche a la mañana? No hay trucos para esto, ni píldoras milagrosas que permitan que las enormes fuerzas que han conducido al hombre al estado actual sean contrarrestadas”.

“La Homeopatía, que puede poner fin a tanto sufrimiento debe ser merecida. Solo una persona con comprensión inteligente y perspicaz escogerá la Homeopatía”.

“Es por esto que los médicos alópatas al ridiculizarles la Homeopatía a sus pacientes, no solamente les han impedido hacerse sus propias preguntas sino también la posibilidad de ser realmente curados. ¿Es ésta una falta de la Homeopatía o de la Sociedad en la que vivimos? A riesgo de ser quizás malentendido, debo decir que solo aquellos que la merezcan, la conocerán y lograrán el beneficio de la Homeopatía”.

“La persona perspicaz pronto se pregunta: Si la medicina oficial fuera totalmente buena y efectiva, ¿No habría mejorado esta situación?¿Cómo es entonces que vemos hoy millones de epilépticos, dementes, paranoides, diabéticos, asmáticos, cardiópatas y victimas del cáncer? Es perfectamente natural que la gente busque una alternativa” (1)
Dr. George Vothoulkas.

 

Los Sistemas de Información como una ventana al Conocimiento en los diferentes enfoques de la Medicina.

En estos tiempos, en los que el hombre se encuentra inmerso en un mundo donde los sistemas de información, los medios de comunicación social y las redes sociales ofrecen acceso a cualquier conocimiento, de la índole que sea, no se justifica la tan frecuente “ignorancia” con respecto a lo que es la Medicina Homeopática, tanto en la comunidad en general como en el gremio médico. Para estos últimos no es un secreto la existencia de esta medicina como una realidad en el mundo entero, puesto que no sólo es evidente la presencia de aquellos Médicos que la ejercemos y la ponemos en práctica para el manejo terapéutico de nuestros pacientes, sino por la creciente demanda de estos, quienes en búsqueda de una alternativa para aliviar sus dolencias, acuden a nuestras consultas en búsqueda de una “segunda opinión” o una posible salida menos invasiva, mas económica, más eficaz, que le genere menos efectos secundarios y que finalmente le ayude a restaurar su salud de una manera más completa. En fin, una medicina mucho más integrativa, que la ofrecida por la ya conocida medicina alopática, la cual con el enfoque cartesiano que le caracteriza, cuando es aplicada al cuerpo humano enfocado como una máquina que puede analizarse desde la división de sus partes, considera a la enfermedad como el funcionamiento defectuoso de los procesos biológicos (2) por lo que solo trata de restaurar la salud a través de las correcciones de un mecanismo especifico.

La medicina alopática no toma en cuenta la integridad del paciente como un todo, un ser particular, individualizado, en el cual están presenten múltiples factores generadores de la enfermedad, como lo son su posición frente a la vida a través del pensamiento, sentimiento y finalmente la acción, que le puede separar de su entorno o que le desencadenan conflictos psicológicos, los cuales al hacerse permanentes en el tiempo, finalmente dejan de ser un proceso netamente intangible (pensamientos- sentimientos que generan sensaciones de desconfort) para pasar a manifestar una lesión orgánica demostrable en el cuerpo físico del mismo.

No es desconocido para el medico homeópata, esas expresiones que manifiestan los pacientes que acuden a la consulta, porque se han realizado un innumerable de pruebas paraclínicas debido a un síntoma que les perturba su estado de salud y no hay una evidencia física de desequilibrio o lesión, sin embargo, cuando el enfermo se reconoce como tal y este se refiere como “enfermo”, ya el dinamismo mórbido se ha desencadenado y está dando sus primeras manifestaciones en las esferas más sutiles y en el campo de energía vital del individuo.

La medicina alopática o convencional sólo puede intervenir en el proceso de enfermedad cuando hay evidencia física de daño o desequilibrio, es decir un diagnóstico clínico claro o un agente causal sobre el cual basar sus conductas de tratamiento. Por el contrario la medicina homeopática puede actuar a varios niveles e inclusive mucho antes de que se haga evidente la lesión o el desequilibrio tangible en el cuerpo físico, es decir cuando el proceso mórbido aun se encuentra como un trastorno de tipo funcional no lesional, aplicando la ley de similitud como fundamento básico de esta medicina para la escogencia del medicamento más adecuado para el paciente según los síntomas de desequilibrio que este manifiesta.

 

El enfoque del paciente de acuerdo a la doctrina homeopática. Su diferenciación con la terapéutica alopática.

Con respecto al enfoque clínico por parte del médico homeópata el Dr. Kent, en su libro Doctrina Homeopática (3) en el capítulo sobre el enfermo dice lo siguiente: “La homeopatía percibe que hay algo que antecede al resultado patológico. La investigación prueba que aquello que existe debe su existencia a algo anterior a ello. Por este camino podemos ligar el efecto a la causa, formando una serie que va desde el principio hasta el fin y vuelve de éste al principio. De ésta manera podemos llegar a comprender este estado de cosas con completo conocimiento de causa”. “En Homeopatía hay que entender que los síntomas no son más que la voz de la naturaleza que revela con claridad meridiana la alteración de la energía vital en la persona enferma“. “El Homeópata comprende que es verdaderamente correcto afirmar que antes de la localización de la enfermedad, el sujeto ya estaba enfermo. Hay que percibir que el sujeto está enfermo mientras tal o cual de sus órganos no está materialmente afectado”. “Antes que se estructure una patología, hay una fisiología desarreglada cuyo origen se remonta al principio vital perturbado. Por lo tanto, debemos considerar en primer lugar la enfermedad en sus causas y no en sus efectos”.

Con lo anteriormente expuesto se evidencia como, doctrinariamente, el médico homeópata debe realizar un análisis del paciente totalmente diferente al médico alópata, este último se concentra en la búsqueda constante del daño físico o del desequilibrio orgánico, cada vez, fracciona más a el ser humano para su estudio creando una súper especialización en la medicina, con diversas sub ramas. Por ejemplo un oftalmólogo que se especializa exclusivamente en patología de retina mejor aun en pacientes que tienen afección de retina pero además son diabéticos, específicamente, por lo cual su ámbito de acción es cada vez más especializado y reducido, todos sabemos que su intención al sub especializarse es la mejor, pero este enfoque le aleja de ver con amplitud e integridad a su paciente, proporcionándole una visión fraccionada del mismo, los cual genera cierto descontento en algunos pacientes, quienes se quejan de ser evaluados de manera impersonal, separada y no integral.

El planteamiento realizado en este artículo es más para aclarar la diferencia entre ambas corrientes terapéutica: Alopatía y Homeopatía, las cuales tiene su manera de enfocar al paciente según ciertos criterios, dogmas y paradigmas aprendidos en las universidades y/o en instituciones especializadas en la difusión de la medicina Homeopática, como fue en el caso de quien escribe, en la Escuela de Medicina Homeopática de Venezuela, organismo perteneciente a la Sociedad Venezolana de Medicina Homeopática, donde a través de una formación continua de 2 años , los médicos recibían la doctrina homeopática, materia médica homeopática, semiología, manejo clínico terapéutico, nutrición, farmacotécnica homeopática entre otras materias, que sustenta a esta medicina. Por tanto el medico homeópata tiene la ventaja de conocer ambas corrientes del pensamiento medico, ello le ofrece mayor amplitud de conciencia a la hora de manejar al paciente y le permite según el criterio clínico usar ambas medicinas en el tratamiento, por lo cual es mucho más versátil.

Es muy probable que la falta de conocimiento de la medicina homeopática entre los médicos alópatas se deba principalmente a una ausencia en la enseñanza en los estudios de pregrado a nivel universitario en las facultades de medicina de muchos países, donde ni siquiera en la cátedra de Historia de la medicina se nombra a la Homeopatía y su historia. Sin embargo cada vez con más frecuencia hay cierta curiosidad e inquietud no solo en los estudiantes de pregrado, sino en los profesionales de la medicina, sobre lo que es la homeopatía, sobretodo cuando los pacientes por libre elección deciden tratarse con medicina homeopática en búsqueda de un resultado diferente.

 

El cambio de los paradigmas es inevitable.

Por todo lo anteriormente expuesto es obvio que existe un reciente cambio en los paradigmas. Al respecto la sanadora Ann Brennan expone lo siguiente: “para poder comprender un material nuevo es necesario entrar en un paradigma igualmente nuevo. Webster define el término Paradigma como una pauta, un ejemplo, un modelo”. Es la manera como percibimos el mundo, un paradigma es una serie compartida de suposiciones que nos explican el mundo y nos ayudan a predecir su conducta. Nos damos estas suposiciones por ciertas. Las definimos como una realidad básica y no nos molestamos en profundizar en ella(…) la mayoría de nuestras nociones sobre el mundo proceden de una serie de suposiciones que damos por sentadas y que en su mayor parte no examinamos ni cuestionamos. Llevamos esas suposiciones como inmutables. Forman parte de nuestra existencia hasta el punto que nos resulta difícil alejarnos lo bastante de ellas como para someterlas a discusión. No pensamos en esas suposiciones sino que pensamos a partir de ella”. (4)

Los paradigmas médicos determinan lo que los médicos pensamos y como actuamos en el enfoque del cuerpo humano y sobre los conceptos de salud y enfermedad, la situación actual y el cambio de conciencia está haciendo que sea la misma sociedad carente de un modelo de salud más integral, quien ejerza una considerable presión en los médicos para que superen esa visión mecanicista y se hagan partícipes de un modelo más amplio, holístico finalmente más humano.

Con respecto a este cambio en el paradigma de salud – enfermedad el Dr. Deepak Chopra en su libro cuerpos sin edad, mentes sin tiempo (5) explica que el viejo paradigma de abordaje de la salud que toma a el cuerpo como una maquina sin mente y que domina la corriente principal de la medicina occidental, está recibiendo incuestionables evidencias que demuestran lo contrario.

En esa referencia bibliográfica consultada, el autor cita uno de los estudios realizados por el Dr. David Spiegel, psiquiatra de Stanford, quien trató de demostrar la poca influencia de los procesos mentales en 86 pacientes con cáncer de mama avanzado, las cuales no se beneficiarían por tratamientos convencionales dada su condición física y la patología que les aquejaba. A un grupo de estos ofreció un mínimo de atención psicológica y apoyo de terapia grupal, el grupo restante no se le ofreció tal oportunidad ni apoyo. Al cabo de diez años de observación había una sobrevivencia del doble, en el grupo que recibió apoyo en relación al grupo que no recibió ningún apoyo y que al final del estudio, aun permanecían con vida tres de las pacientes con cáncer avanzado. Refiriéndose a lo anteriormente expuesto el Dr. Chopra dice: ”Dominados por el paradigma antiguo, los médicos tienen prejuicios contra esos resultados. Tal como lo señala Larry Dossey en su libro Medicine and Meaning (Medicina y significado). El mensaje dominante, que se predica incesantemente en las páginas editoriales de las publicaciones médicas y en las aulas de las universidades que “la biología es inherente a la enfermedad” tiene importancia abrumadora, mientras que los sentimientos, emociones y actitudes son simples compañeros de viaje”. Lo que nos enseña el nuevo paradigma es que las emociones no son hechos fugaces, aislados en el espacio mental, son expresiones de la conciencia, materia fundamental de la vida. En todas las tradiciones religiosas, el aliento de vida es el espíritu. Elevar o bajar el espíritu a alguien significa algo fundamental que el cuerpo debe relejar. (5)

Desde el punto de vista de la medicina homeopática este último concepto planteado por el Dr. Chopra, está bien definido en el organón de la medicina homeopática (6) en sus parágrafos 10 y 11, como un desorden en la energía vital y en las actividades del hombre interno, por la falta de armonía o equilibrio, lo que da origen a los síntomas los cuales reconoceremos como enfermedad. Tomando en cuenta todo lo anteriormente resulta evidente que el cambio de paradigma en la medicina es una realidad para muchos médicos. Cambio hacia patrones en el manejo de los pacientes con una óptica integral, holística, que llene las expectativas de ésta nueva sociedad.

Son tiempos como se mencionaba al principio de la presente revisión, en los que el acceso a la información cambia el panorama de la existencia de los seres humanos, quienes buscan la verdad para hacerse libres, libres de tomar las decisiones más correctas o acertadas de acuerdo a lo que individualmente desean para su desarrollo y evolución. Siendo estos gerentes de su propia salud y no como se creía en tiempos no muy lejanos, en el que el gerente de la salud era el médico, por lo cual para este nuevo enfoque, el proceso salud – enfermedad, seria un proceso mas dinámico guiado por el médico, pero con la participación activa del paciente, consciente de que está expuesto a múltiples factores que le desencadenan su enfermedad ya que se encuentra insertado dentro de un contexto social generador de patología.
En su libro Punto Crucial F. Capra (2) afirma lo siguiente: “una apreciación significativa de la salud tendría que abarcar tanto la salud individual como la salud social y habría de incluir las enfermedades mentales y las patologías sociales. Una visión tan amplia demostraría que si bien la medicina ha contribuido a erradicar varias enfermedades esto no significa que haya restituido la salud, en la acepción más general del término. Considerando la salud desde el punto de vista holístico las enfermedades físicas, no son solo manifestaciones de un desequilibrio básico del organismo”. Refiere además, que cuando se realiza una intervención médica eficaz haciendo supresión en el cuerpo que expresa el desequilibrio, el mal puede bien manifestarse de otras maneras.

“De hecho las patologías psicológicas y sociales se han vuelto un gran problema para la sanidad pública. Según varias encuestas hasta el 25% de la población tiene suficientes problemas psicológicos como para ser considerados gravemente disminuida y necesitada de atención terapéutica. Al mismo tiempo ha habido un alarmante incremento del alcoholismo, los crímenes violentos, de los accidentes y suicidios, todos ellos síntomas de malestar social. Del mismo modo, los graves problemas de salud que padecen los niños de hoy han de ser vistos como indicadores del malestar social, junto con el aumento del delito y el terrorismo político.(2)

Al inicio de este artículo de revisión se plantea la opinión de un conocido promotor de la Homeopatía en el mundo George Vithoulkas (7) en el que se destaca que solo la madurez, entendimiento y grado de evolución de la gente en una sociedad, es lo que permite a ésta darle el uso adecuado a los recursos u oportunidades que el entorno les ofrece, refiriéndose a asumir la homeopatía como herramienta terapéutica. También plantea, que entre otras cosas la falta de difusión de la homeopatía está directamente relacionada con la sociedad en la que nos encontramos se atreve a enunciar que solo aquellos que logran amplitud en cuanto a madurez entendimiento y evolución para asumir a la homeopatía como un valioso recurso, en el caso del paciente para tratar su desequilibrio y en el caso del médico tratante como una herramienta más para tratar integralmente y finalmente contribuir con el proceso de curación, el cual ya se ha descrito como un proceso dinámico, en el cual desde el punto de vista de un nuevo paradigma, no es la restauración de los mecanismos defectuosos que deben equilibrarse para retornar al estado de salud, sino un enfoque más completo que incluya un análisis de las emociones y comportamiento, sus hábitos, así como la naturaleza de su entorno individual y colectivo, análisis que muchos pacientes afirman necesitar a la hora de ser atendidos medicamente, manifestando gran satisfacción cuando reciben una atención integral como la descrita.

Los cambios internos que ocurren en la conciencia del ser humano que anda en búsqueda de una medicina que integre y no que separe, que se acerque más a la propia dimensión humana, son inevitables y es por ello la creciente demanda de los pacientes que desean tratarse con medicinas integrativas, tal es el caso de la medicina homeopática, he allí el planteamiento del presente artículo de revisión, de la necesidad de difusión de este tipo de medicinas a una sociedad que ha venido madurando y desarrollando un entendimiento más amplio y que busca tratar sus dolencias con un enfoque diferente a como se ha realizado en los últimos tiempos por la medicina convencional, entendiendo que la medicina es una sola y que deben ser sumadas todas las posibilidades terapéuticas que permitan devolver la salud integral al paciente a través de la amplitud del médico tratante en relación a la gamma de herramientas útiles para el manejo de los pacientes pudiendo desarrollar como dice el maestro y creador de la Medicina Homeopática Samuel Hahnemann en su organón de la medicina: ”La única y elevada misión del médico es restablecer la salud de los enfermos”; “restablecer la salud de manera rápida, suave y permanente”(6). ¿Será necesario entonces un cambio en los paradigmas actuales de la medicina? El tiempo se encargará de demostrarlo.

 

BIbliografia Consultada

(1) http://www.homeopatia.ws/Citas_sobre_homeopatia.htm
(2) Capra, F. Un Punto Crucial. Ciencia, sociedad y cultura naciente. Barcelona 1982 p 148
(3) Kent, J T. Homeopatia Doctrina. Caracas, 1986 pp 13-15 y 63
(4) Brennan, B. Hágase la Luz, manos que curan Volumen 2 Editorial Printer Latinoamericana. Bogotá 1996 p9
(5) Chopra, D. Cuerpos sin edad, mente sin tiempo. Buenos Aires 2002p 33
(6) Hahnemann, S. Organon de la Medicina 6º edición. Ediciones de la Biblioteca UCV. Caracas 1983.
(7) Vithoulkas, G. The Sciencie of Homeopathy. New York 1980.