Clica para ver la PATOGENESIA

.

Boericke: Acción sobre la mucosa de la nariz y glándula lagrimal, produciendo coriza y síntomas como fiebre del heno. Sensible al frío.

Cabeza (párpados rojos, ardientes; lagrimeo), Nariz (estornudos espasmódicos, con secreción nasal; coriza), Garganta (adolorida, empieza en el lado izquierdo (Lachesis); las comidas y bebidas calientes lo mejoran; sensación de una bola en la garganta con necesidad constante de tragar), Estómago (sin sed; deseo de cosas calientes; gusto dulce), Femenino (menstruación intermitente (Kreosotum, Pulsatilla)), Fiebre (predomina el escalofrío), Piel (uñas engrosadas), Modalidades (Peor por frío y bebidas frías, en luna llena. Mejor por comidas y bebidas calientes, arropándose), Dosis (3CH – 30CH).

ver más…

Kent: El paciente Sabadilla (ver foto) es tembloroso, sensible al aire frío, a una habitación fría, a las comidas frías. Le gusta estar bien arropado; quiere bebidas calientes, que le calienten el estómago. Le agradan las cosas calientes; le resulta difícil tragar cosas frías, éstas le aumentan el dolor y son difíciles de tragar. Muchas veces estudiamos los remedios por contraste; este remedio viaja de izquierda a derecha, y un buen recetador lo relaciona enseguida con Lachesis. La molestia, el dolor y el estado inflamatorio de la garganta comienzan en el lado izquierdo y se extienden al derecho, tanto en Sabadilla como en Lachesis; pero las cosas calientes agravan el dolor en Lachesis; Sabadilla, en cambio, se alivia con calor, ya sea exterior o interior. Estado catarral de la nariz, con constantes estornudos; sensación de mucha aspereza en la nariz; ardor; nariz tapada. Sabadilla es hipersensible al ambiente que lo rodea, a los olores; éstos aumentan el estado catarral de la garganta y de las ventanas posteriores de la nariz. Estornudos y un chorro de mucus desde la nariz, hasta llega a la ulceración. Muchos de los malestares de este paciente parecen ser imaginarios; tiene la mente llena de cosas raras; ideas extrañas respecto a otras personas o a él mismo. Es un remedio de ideas fijas. Se despierta por la noche con vértigo. Lleno de dolores de cabeza; dolores a un lado de la cabeza. Cefalea entorpecedora, agravada por la agitación y relacionada con coriza, en los senos frontales, sobre los ojos. La cabeza mana un sudor frío; muchos de los síntomas están estrechamente relacionados con Veratrum album, especialmente en el sudor frío sobre la frente, con malestares. Fiebre del heno cuando hay estornudos espasmódicos, coriza corriente; ventanas de la nariz tapadas; trabajosas inspiraciones por la nariz; ronquidos; picazón en la nariz; abundante hemorragia nasal. A veces la fiebre del heno es tan grave que parece ser la única manifestación de la psora en el paciente, pero si es limitada o contenida por un mal tratamiento, el paciente no se pondrá bien en todo el año; si se lo deja solo, gozará de buena salud durante el resto del año. Muchas veces, la fiebre del heno dura todo el invierno y sólo puede ser mitigada mediante una recuperación constitucional. La fiebre del heno se cura solamente si el paciente es curable; de lo contrario, si su constitución está tan quebrantada que él es incurable, la fiebre del heno no podrá ser curada. El principal sitio de ataque es la mucosa de la nariz, garganta, tráquea y laringe; violenta inflamación aguda de la mucosa de estas partes. Intenso deseo de bebidas calientes. Remedio de rutina en oxiuros, y toda clase de vermes intestinales; tenia. El recetador cuidadoso nunca piensa en recetar para lombrices; considera todos los síntomas del paciente y éstos lo conducen hacia el remedio. “Dolores cortantes, como con cuchillos, en el ovario”. “Menstruos demasiado tardíos, con dolorosa sensación de caída unos pocos días antes; disminución”. “Crispaciones, temblores convulsivos o catalepsia por las lombrices”. Muchas veces algún paciente me ha traído una tenia en un frasco después de haberle administrado un antipsórico, aun cuando no sospechaba su existencia. Póngase a la economía en orden y los parásitos desaparecen. Si ustedes pasan por alto a la lombriz, pero eligen el remedio para la totalidad de los síntomas, el paciente recuperará su salud y, en lo que a la lombriz respecta, se irá sin un síntoma. Rara vez se da el caso de una lombriz que desaparezca en menos de seis semanas desde la administración del remedio. Recétese primero para el paciente; ningún fruto de la enfermedad podrá desaparecer mientras no se haya recurrido a un adecuado tratamiento constitucional; asegúrese de que sea apropiado.