El indicador que nos hace determinar que la curación está llegando a su última etapa, y dando así paso a un estado de salud, es cuando hay una agravación de los síntomas (por los cuales se prescribió el remedio simillimum) al final del tratamiento; es cuando después de una mejoría y estabilidad de la enfermedad sobreviene esta agravación.

En estos casos hay que suspender las tomas, o también se puede disminuir la dosis, pasando de la forma diluida a la dosis única cada dos o tres semanas (de la última potencia que le hizo bien), comprobando en este periodo que la mejoría sigue su curso. Si en este periodo de tiempo no aparecen SN, ni hay retroceso en la mejoría, pasaremos a retirar la medicina homeopática durante otro periodo más largo y observaremos entre tres y seis meses, a partir del cual es necesario comprobar que no quedan indicios de la enfermedad. A la mayoría de los pacientes que llegan a este punto del proceso de curación se les puede decir, “usted ya está curado”.