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Boericke: Los síntomas de Baptisia tinctoria son de tipo asténico, simulan fiebres debilitantes, estados sépticos de la sangre, intoxicación palúdica, y extrema postración. Sensación enfermiza indescriptible. Un gran dolorimiento muscular y fenómenos pútridos, siempre estarán presentes.

Mente (piensa que está roto o doble, moviéndose, inquieto en la cama tratando de juntar las piezas), Cabeza (la siente pesada, entumecida), Cara (apariencia atontada), Boca (aliento fétido; la lengua la siente quemada; solamente puede deglutir líquidos), Garganta (constricción, contracción del esófago; úlceras indoloras de la garganta), Estómago (sensación de hundimiento en el estómago), Abdomen (heces muy ofensivas, claras, oscuras, sanguinolentas), Respiratorio (sensación de sofocación), Espalda y Extremidades (dolorido y magullado), Fiebre (fiebres adinámicas (aquella en la que la debilidad muscular es extrema)), Modalidades (Peor por calor húmedo, niebla, en interiores), Dosis (TM – 12CH. Tiene una acción más bien corta; en bajas diluciones produce una forma de anticuerpos para el bacilo del tifus; así eleva la resistencia corporal natural a la invasión de la intoxicación bacilar, que produce el síndrome tifoideo).

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Kent: La Baptisia tinctoria (ver foto) es adecuada para enfermedades agudas. Es fundamentalmente una medicina de acción rápida, apta para males no duraderos. Hasta donde sabemos no es un antipsórico, no penetra profundamente en el organismo. Hay algo poco común respecto a ella: tiene efecto en este estado séptico más rápidamente que la mayoría de los otros remedios. Los males cimóticos (enfermedad contagiosa) de Arsenicum, Phosphorus y Bryonia son de acción mucho más lenta. Pero la Baptisia tinctoria es adecuada para las tifoideas que llegan rápidamente, y por consiguiente no es adecuada tan a menudo en las tifoideas idiopáticas (enfermedad de origen desconocido). La Baptisia tinctoria es adecuada para aquellos envenenamientos de la sangre que son altamente sépticos. Llega quizá con el aspecto de una postración violenta y repentina con fiebre remitente. Pero repentinamente ésta se hace continuada y toma síntomas sépticos. Esto es en cuanto a su progreso y acción. Tiene velocidad, es decir, que se acerca a la muerte rápidamente. El paciente aumenta en su postración más rápido que lo acostumbrado. No tiene una declinación gradual de días y semanas. Parece atontado. Está hinchado, morado y moteado. Le sangra la boca. Parece haber perdido la razón. Ignora de qué habla. Está confundido y cuando despierta trata de decir algo, pronuncia una palabra o dos, vacila y vuelve a caer en su estado de estupor. Cualquiera sea la enfermedad que sufra, o la inflamación que tenga, cualquiera que sea el órgano inflamado, si tiene un estado sanguíneo que puede dar origen a tales síntomas, a tal sepsis (septicemia; estado morboso debido a la existencia en la sangre de bacterias patógenas), y a ese estado de la mente, entonces se trata de Baptisia tinctoria. Todas las secreciones son pútridas. El olor de las deposiciones es tan penetrante que puede ser detectado apenas se entra en la casa. Hay algo extraño que se relaciona con este remedio, un tipo peculiar de confusión mental; parece creer que él tiene dos partes. Piensa en una existencia doble cada vez que se despierta; y empieza a hablar con el otro ser que cree estar en la cama con él. La Baptisia no es un remedio para el dolor de cabeza. No es un remedio al que recurriríamos para tratar los dolores de cabeza, excepto aquéllos tan violentos y de tipo congestivo que estén relacionados con esta forma de fiebre grave. La lengua está hinchada, dolorida, ofensiva; cubierta de sangre negra; áspera, pelada; dura y seca, como cuero, ulcerada. La ulceración se produce a lo largo de todo el remedio. La garganta se va hinchando y sólo con dificultad puede tragar el paciente; la Baptisia ha sido remedio sumamente útil en casos de boca llagada gangrenosa y garganta llagada; la garganta llagada puede ser gangrenosa. Se forma sarro rápidamente sobre los dientes. Sangra mucho por la boca, la garganta y la nariz. Muchos estados ulcerativos en Baptisia no van acompañados de fiebre. Cuanto más oscuro sean sus afecciones, más indicado será pensar en Baptisia tinctoria, pero nunca un rojo brillante. Nunca he visto el estado mental de Baptisia relacionado con el aspecto rojo brillante. Esa forma grave de estado mental se relaciona con la descomposición de la sangre; con oscurecimiento, con un aspecto oscuro de la piel y de las mucosas. Ni rojo brillante ni rosado, como lo vemos en Belladonna. Belladonna es más comúnmente rojo brillante, aunque tiene tonos oscuros, pero nada del grado de Baptisia tinctoria. El abdomen está distendido, muy blando. Tiene disentería. Temblor en todo el cuerpo. La postración aumenta. Cae la mandíbula y el paciente yace de espaldas, inconsciente, con la boca totalmente abierta. Baptisia contiene la tifoidea cuando es indicada.

Nash: Confusión mental, como si estuviera ebrio; no puede volver en sí; siente que está dividido en trozos que se hallan esparcidos y que no puede reunir las porciones. Cara morena, muy oscura; ojos legañosos; expresión de embotamiento. Boca ulcerada, de olor fétido o boca seca. Heces blandas y orina que, como todas las demás excreciones, son muy fétidas. Importante remedio de la tifoidea. Puede deglutir solamente líquidos, pues el menor alimento sólido le provoca arcadas. En cualquier posición que se acueste, el enfermo siente sensibles y como magulladas las partes sobre las que reposa, como Lachesis y Pyrogenium. Los síntomas que indican Baptisia en la primera etapa son: mucha nerviosidad, sensación de frío, dolores obtusos en todo el cuerpo, sobre todo en el cabeza, la espalda y los miembros, y una sensación de sensibilidad dolorosa generalizadas; se siente como magullado. Más adelante el paciente se vuelve débil, postrado, aletargado, confuso, con sufusiones (sufusión; derrame, especialmente sanguíneo en los tejidos) en la cara y en los ojos, lo que le confiere un “aspecto embrutecido”; el psiquismo se halla tan embotado que el paciente se duerme antes de haber podido empezar a responder a una pregunta, o si no, en el curso de la respuesta. Más tarde, en el medio de la lengua, al principio blanca, se dibuja una raya que puede llegar a ser marrón. A medida que va quedando sometido más profundamente a la influencia tífica, el paciente farfulla y trata de coger cosas en la cama, moviéndose de un lado a otro y si algo habla dirá que él se siente “dividido en trozos dispersos en la cama y está tratando de reunir las porciones”. En tal momento el intestino comienza a producir borborigmos; intestino sensible al tacto. Más tarde todavía, empieza a evacuar el intestino y todas las excreciones (heces, orina y sudor) son extremadamente fétidas. He empleado tanto las bajas como las altas dinamizaciones con igual éxito, pero en la actualidad utilizo la potencia 30CH.