Libro: «Las Potencias LM»

Como hizo constar Hahnemann en su sexta edición del Organon, al descubrir las diluciones infinitesimales, su nueva técnica de administrar las medicinas era la más perfecta. Sosteniendo la base que las cincuenta milesimales (potencias LM) son las menos agresivas y que siguen un camino hacia la curación de una manera permanente, suave y duradera, profundizaremos sobre esta técnica para los casos crónicos, y/o de larga duración principalmente.

Si nos remontamos a los orígenes de las potencias LM estamos en la obligación de comentar que Hahnemann aplicó estas potencias a partir de 1840, dos años antes de la terminación de su sexta edición del Organon, y tres años antes de su muerte (falleció en el verano del 1843), y no fue publicada (esta sexta edición), y por lo tanto no se dio a conocer, hasta el 1921, 78 años después de su muerte. Muchos de los grandes homeópatas del siglo XIX no llegaron a conocer esta técnica, por ejemplo, el Dr. James Tyler Kent que murió seis años antes de la publicación de este tesoro.

Antes de determinar una prescripción, el médico homeópata no puede olvidar los siguientes puntos:

• Para poner en marcha el proceso de curación del paciente, hay que recordar que no sólo basta con encontrar el simillimum, sino que el terapeuta debe observar y percibir la idiosincrasia y semiología del enfermo para poder adecuarle la dinamización, la dosis y frecuencia.

• Lo que cura realmente al enfermo es su Vis Medicatrix Naturae; ni la homeopatía ni la alopatía se llevan los honores, en todo caso el reconocimiento irá destinado a la homeopatía, por haber sabido tocar la tecla correcta en un caso concreto y poder así estimular la fuerza vital del enfermo hacia la curación. Y por qué no decirlo, en contadas ocasiones aplaudimos a la alopatía, aunque actúe de una manera más iatrogénica. Como dijo Hipócrates: “Las fuerzas naturales que se encuentran dentro de nosotros son las que verdaderamente curan las enfermedades.

• El paciente necesita la medicina imprescindible para iniciar el proceso de curación, es decir, no dar grandes dosis o frecuencias muy poco espaciadas entre tomas, puesto que a la acción primera del remedio, hay una acción secundaria (reacción del organismo) de la misma magnitud pero en sentido opuesto (tercera Ley de Newton). Por ejemplo, si a una persona enferma que necesita una dosis única de una potencia 30CH, se le administra una potencia 200CH con repeticiones en un espacio breve de tiempo, vemos que, para el primer caso, el impacto que recibe la fuerza vital ante la acción primaria de una dosis 30CH es mínimo, y reacciona mínima y suficientemente hacia la curación; en el segundo caso, si la molestia no está muy caracterizada, la acción primaria de una 200CH suministrada repetidamente es un bombardeo constante a la fuerza vital; bajo estas dosis, el organismo actúa y obedece a la acción del remedio, probablemente curando esta molestia (puesto que la fuerza del remedio es mayor que la de la enfermedad), pero la reacción al constante estímulo será desmesurada (agravación) con respecto a su dolencia original. Por lo tanto, el homeópata debe OBSERVAR / PERCIBIR, VALORAR y ADECUAR / PRESCRIBIR.

Prescripción LM Alquiza Salud

Foto cortesía de IBERHOME

A la hora de realizar la prescripción por parte del homeópata, generalmente la susceptibilidad es considerada como la guía más importante para la elección de la dosis. Hay otros factores a tener en cuenta como la edad, antigüedad de la enfermedad, tipo de enfermedad (aguda o crónica), vitalidad del paciente, etc.; pero hay que hacer hincapié en que el factor a tener en consideración en numerosos cuadros clínicos es la susceptibilidad del paciente.

Se expone a continuación unas tablas orientativas para el uso de las potencias (o dinamizaciones) LM (Tabla 1), así como su posología (Tabla 2) para el inicio del tratamiento:

Prescripción LM tabla1 Alquiza Salud

La Prescripción LM (Escala Cincuentamilesimal)
Tabla creada por y para Alquiza Salud © 2015

¹Es importante clarificar la columna “sensible”, que hace referencia a la sensibilidad del paciente. Esta columna estará determinada básicamente por la Tabla 2; la sensibilidad de una persona no se agrava más por la dinamización sino por no adecuar bien la dosis. Se ha querido reflejar en la Tabla 1 que si un paciente muestra un síndrome muy característico y peculiar, se darán altas potencias, y mayores serán estas dinamizaciones si además hay muy buena homeopaticidad.

Prescripción LM tabla2 Alquiza Salud

Tabla creada por y para Alquiza Salud © 2015

²En este caso, para la columna “muy sensible”, en la forma diluida, es bastante probable que las tomas se den de un segundo, tercer o cuarto vaso.

Ejemplo:

Tomamos por ejemplo, un enfermo de 70 años con mucha vitalidad, muy susceptible, al que prescribimos un remedio con poca homeopaticidad. Encontramos en la combinación “Edad-mayor” con “Vitalidad-alta” diluciones ALTAS (entre la 15LM y 18LM), pero “Homeopaticidad-poca” con “Sensible-muy” nos da diluciones BAJAS (entre 3LM y 9LM). Por lo tanto empezaremos por estas diluciones bajas, ya que es la combinación más favorable para el paciente a la hora de empezar el tratamiento, a fin de evitar posibles agravaciones.

Para la dosificación actuaremos de la misma manera: “Edad-mayor” con “Vitalidad-alta” la tabla 2 nos recomienda empezar con tomas de forma diluida en días alternos o a diario. Pero aquí nos marca un rasgo más desfavorable a tener en cuenta que es la extrema sensibilidad del paciente, y si observamos en la columna “sensible”, en la mayoría de las variables posibles encontramos la dosis única, y en un par de variables, la dilución en días alternos.

Por lo tanto, para esta persona mayor podríamos empezar su tratamiento con 3LM dando el remedio en dilución y en días alternos (ver nota ²), o bien empezar con la 6LM ó 9LM como dosis única.

Después observamos cómo interaccionan los dinamismos en el enfermo para la segunda prescripción.

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