¹Es importante clarificar la columna “sensible”, que hace referencia a la sensibilidad del paciente. Esta columna estará determinada básicamente por la Tabla 2; la sensibilidad de una persona no se agrava más por la dinamización sino por no adecuar bien la dosis. Se ha querido reflejar en la Tabla 1 que si un paciente muestra un síndrome muy característico y peculiar, se darán altas potencias, y mayores serán estas dinamizaciones si además hay muy buena homeopaticidad.
²En este caso, para la columna “muy sensible”, en la forma diluida, es bastante probable que las tomas se den de un segundo, tercer o cuarto vaso.
Ejemplo:
Tomamos por ejemplo, un enfermo de 70 años con mucha vitalidad, muy susceptible, al que prescribimos un remedio con poca homeopaticidad. Encontramos en la combinación “Edad-mayor” con “Vitalidad-alta” diluciones ALTAS (entre la 15LM y 18LM), pero “Homeopaticidad-poca” con “Sensible-muy” nos da diluciones BAJAS (entre 3LM y 9LM). Por lo tanto empezaremos por estas diluciones bajas, ya que es la combinación más favorable para el paciente a la hora de empezar el tratamiento, a fin de evitar posibles agravaciones.
Para la dosificación actuaremos de la misma manera: “Edad-mayor” con “Vitalidad-alta” la tabla 2 nos recomienda empezar con tomas de forma diluida en días alternos o a diario. Pero aquí nos marca un rasgo más desfavorable a tener en cuenta que es la extrema sensibilidad del paciente, y si observamos en la columna “sensible”, en la mayoría de las variables posibles encontramos la dosis única, y en un par de variables, la dilución en días alternos.
Por lo tanto, para esta persona mayor podríamos empezar su tratamiento con 3LM dando el remedio en dilución y en días alternos (ver nota ²), o bien empezar con la 6LM ó 9LM como dosis única.
Después observamos cómo interaccionan los dinamismos en el enfermo para la segunda prescripción.